Pobre infeliz. El católico es humilde y ama a Dios por encima de todo, incluyendo a lanació de mentirijilla y a sus criminales Companys. Amar a Dios significa amar sus mandamientos, y significa amar la verdad y la justicia, opuestas ambas a la locura nacionalista de la que están enfermos todos estos pobres infelices. El católico de verdad siempre está dispuesto a la conversión, pero para eso hace falta mucho, sobre todo humildad y a este pobre Junqueras no se le ve la humildad ni la verdad ni la justicia por ningún lado, sino que creyéndose buen católico sigue adorando a su becerro de oro. Pobre infeliz.