Es la penúltima de las cada vez mas frecuentes y violentas hazañas de la etnia mas enquistada y que nunca se ha querido integrar en nuestra patria. Lo cuentan mejor aquí.
En rigor hemos de decir que en nuestra vida hemos conocido algunos gitanos integrados, personas normales, honradas y trabajadoras. Es a estos a los que hay que respetar, porque acerca de los otros que son la inmensa mayoría ya sabemos los españoles lo que hay y deberíamos procurar hacer volver aquellos felices tiempos en los que la Guardia Civil y una población no acobardada los tenía a raya. Claro que para eso habrá primero que tumbar el hispanicida régimen del 78, pero mientras eso llega: evitad por todos los medios poneos en el camino de esta gentuza (excluyendo a las excepciones antes citadas).