No dice nada nuevo que a estas alturas no sepamos, tan solo atestigua que desde hace mucho tiempo el plan para la destrucción de Europa y la cristiandad en general, y de España en particular, ya era conocido por gente con los contactos oportunos y la información precisa. No obstante el relato es interesante y resume bien la situación que hoy día ya estamos viviendo.
Los españoles picaron el anzuelo y lo siguen haciendo: nos merecemos lo que tenemos y lo que está por venir, aunque España no se lo merece y aunque nuestros antepasados, que vertieron ríos de sangre para que ahora traicionemos miserablemente sus titánicos sacrificios, se estarán avergonzando de nosotros.
Todo apunta a que ya estamos en la crisis universal final.
Adjutorium nostrum in nomine Domini.