Religión

El campanazo apocalíptico ya ha sonado

La Torre de Babel tuvo por impulso la expresión del ideal de la ciudad terrena, anhelo que permea a través de toda la historia a los hombres que enarbolan ese amor de sí mismos, egoísta, narcisista, que lleva hasta el desprecio de Dios, lo cual se vehicula en la diabólica idolatría del humanismo naturalista y antropoteísta.

Es la gran tentación de todos los tiempos, pero que se enfervorizará cristalizándose al fin de los últimos tiempos apocalípticos, previos a la Parusía.

Gran Tentación como la de Cristo en el desierto, “Todo esto te daré si me adorares”; y que pretenderá realizar el Anticristo con nombre propio de Pseudoprofeta, con el respaldo del maridaje con el poder político del Anticristo civil. Los dos poderes que simbolizan o representan las dos bestias feroces, asesinas: la Bestia Feroz del Mar y la Bestia Feroz de la Tierra que proclaman desde sus entrañas el diabólico “Non Serviam” (No Serviré) y que para ellos se amalgaman en perverso contubernio, el cual está indicado por la fornicación con los reyes (poderes) de esta tierra.

Es la prostitución de la amalgama entre el Reino y el Mundo. Fornicar es, como hace ver el P. Castellani: “‘Fornicación’ llaman los profetas a la idolatría. ‘Fornicar con los ídolos’ significa poner los ídolos en lugar de Dios, el legítimo esposo de nuestras mentes. ‘Fornicar con los reyes de la tierra’ significa poner los poderes de este mundo en el lugar de Dios, (…) El error fundamental de nuestra práctica actual –y aún de la teoría a veces- es que amalgamamos el Reino y el Mundo, lo cual es exactamente lo que la Biblia llama ‘prostitución’”. (Los Papeles de Benjamín Benavídez, ed. Dictio, Buenos Aires, 1978, p.227).

Y que será, como dice el P. Castellaniuna de las cosas que realizará el Anticristo:“Propician la amalgama del Capitalismo y el Comunismo; que será justamente la hazaña del Anticristo”. (El Apok. p.189).

De otra parte, esto fraguará, por obra del modernismo, como herejía que adultera el cristianismo“… los enciclopedistas’ o ‘iluministas’, que a través del ‘Liberalismo religioso’ o racionalismo, o naturalismo, han llegado hasta nosotros en el hoy vigente ‘modernismo’ ­–que ya espantaba a Newman–; es la peor herejía que se puede imaginar: la adulteración sutil y total del cristianismo”.  (El Apok. p.327-328).

Así tenemos: “La Religión Idolátrica. He insistido en este libro sobre el ‘naturalismo religioso’ o ‘modernismo’ como religión del Anticristo, por ser lo que yo he estudiado, y lo que Se Ve; esto no quiere decir excluir o no conocer otros elementos del ‘ejército del Anticristo’: como la magia, el satanismo, (indicados en el Apok. con el nombre de ‘brujos’, los cuales a la Segunda Fiera tienen por capitán) no menos que la Masonería y la conspiración judaico-financiera tan denunciada hoy día”. (El Apok. p.340).

Los autores de esta amalgama y prostitución, son los dos Anticristos, porque tanto lo es el uno como el otro, aunque normalmente se habla de Anticristo como si fuera únicamente la bestia del mar y el otro, el pseudoprofeta, la bestia de la tierra, como una lacayo, servidor del primero, esto es un error (pues ambas son poderosas y prestigiosas y están asociadas en maridaje pues tanto monta, monta tanto); y aún más, como muestra el P. Lacunza, es más peligroso el Anticristo religioso o pseudoprofeta, que el otro, pues el uno mata el alma, (condenación eterna), y otro mata el cuerpo (muerte física) y aunque a veces se dice el pseudoprofeta está al servicio del Anticristo político, no es que sea su servil y subordinado lacayo sino que están de acuerdo, subordinando la religión al servicio de la política, y de ahí es que puede provenir al confusión. Por eso el Anticristo es tanto la Bestia del Mar como la Bestia de la Tierra; y lamentablemente este es un aspecto que no se ha dilucidado suficientemente.

“Así dirá el Anticristo, y lo hará, tomará lo que tiene de bueno el Capitalismo, o sea, la inmensa productividad, y la encausará con medidas férreas, comunizándolas. Habrá abundancia para todos, (menos para los cristianos, por supuesto) y sólo se perderá una pequeña cosita: la libertad; la poca libertad que hoy nos queda, la gran libertad verdadera que prometió (y dio Cristo). Todos seremos gordos: seremos los gordos presidiarios de un inmenso ‘Praesidium’. Infrahombres. El Capitalismo y el Comunismo tan diversos como parecen, coinciden en su fondo; digamos, en su núcleo ‘místico’: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de la Técnica; y su ‘mística’ es un mesianismo tecnólatra y antropólatra, cuya difusión veremos hoy día por todos lados y cuya dirección es la deificación del Hombre, la cual un día se encarnará en Un Hombre”. (El Apok. p.347).

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