Y el pueblo se hace cómplice por causa de su desidia, pues le produce desdén todo lo que no salga en sus mentirosos medios de intoxicación masiva. Pueblo indigente intelectual, moral y espiritualmente. No se lo merece España ni nuestros antepasados, pero se lo merece esta generación perversa. Todo el mal que ya está sucediendo y el que está por venir, sabedlo, indignos herederos de un linaje al que no merecéis pertenecer: os lo tenéis bien merecido, con toda justicia caigan sobre vosotros las plagas. Siempre hay tiempo para el arrepentimiento, pero conociéndoos…