por Postales del fin de los tiempos
De la cuarentena que sufrimos llaman la atención muchas cosas. En lugar destacado está la postura cobarde de la Iglesia católica, la española en particular.
El decreto de confinamiento, ilegal según algunos porque suspende el derecho de circulación, que no puede hacerse mediante una declaración de estado de alarma, dejaba libres las actividades religiosas, tomando las medidas adecuadas de separación. Los obispos fueron más allá enseguida, no solo eliminado las celebraciones litúrgicas públicas, sino cerrando las iglesias, en las que no se puede entrar tampoco para la oración privada o la visita al Sacramento.
En efecto, la iglesia ha dejado de ejercer sus derechos y nuestros autoridades civiles y los medios, gobernantes, impíos declarados, la han seguido pisoteando. Pues bien, a pesar de ello, la Iglesia de Cristo sigue mostrándose servil ante ellos. No se entiende, pero aquí están los hechos:
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