Acatar y no obedecer
por Marcial Flavius – presbyter
en Desde mi campanario
XXII Domingo después de Pentecostés: 24-octubre-2021
por Marcial Flavius – presbyter
en Desde mi campanario
XXII Domingo después de Pentecostés: 24-octubre-2021
Evangelio del Viernes de Pasión
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron un consejo y dijeron: “¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros. Si le dejamos continuar, todo el mundo va a creer en Él, y los romanos vendrán y destruirán nuestra ciudad y también nuestro pueblo”. Pero uno de ellos, Caifás, que era Sumo Sacerdote en aquel año, les dijo: “Vosotros no entendéis nada, y no discurrís que os es preferible que un solo hombre muera por todo el pueblo, antes que todo el pueblo perezca”. Esto, no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo Sumo Sacerdote en aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación y no por la nación solamente, sino también para congregar en uno a todos los hijos de Dios dispersos. Desde aquel día tomaron la resolución de hacerlo morir. Por esto Jesús no anduvo más, ostensiblemente, entre los judíos, sino que se fue a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y se quedó allí con sus discípulos. (Jn. 11, 47-54).
Evangelio del Domingo de Pasión
En aquel tiempo decía Jesús a las turbas de los judíos: “¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Y entonces, si digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; por eso no la escucháis vosotros, porque no sois de Dios.” A lo cual los judíos respondieron diciéndole: “¿No tenemos razón, en decir que Tú eres un samaritano y un endemoniado?” Jesús repuso: “Yo no soy un endemoniado, sino que honro a mi Padre, y vosotros me estáis ultrajando. Mas Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzgará. En verdad, en verdad, os digo, si alguno guardare mi palabra, no verá jamás la muerte”. Le respondieron los judíos: “Ahora sabemos que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también; y tú dices: Si alguno guardare mi palabra no gustará jamás la muerte. ¿Eres tú, pues, más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Y los profetas también murieron: ¿quién te haces a Ti mismo?” Jesús respondió: “Si Yo me glorifico a Mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es quien me glorifica: Aquel de quien vosotros decís que es vuestro Dios; mas vosotros no lo conocéis. Yo sí que lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería mentiroso como vosotros, pero lo conozco y conservo su palabra. Abraham, vuestro padre, exultó por ver mi día: y lo vio y se llenó de gozo”. Le dijeron, pues, los judíos: “No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?” Les dijo Jesús: “En verdad, en verdad os digo: Antes que Abraham existiera, Yo soy”. Entonces tomaron piedras para arrojarlas sobre Él. Pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Jn. 8, 46-59).
por Padre Juan Carlos Ceriani
en Radio Cristiandad
Dios Nuestro Señor instituyó la unión matrimonio con un doble fin: uno principal, la procreación y educación de la prole (ordenado en primer término al bien común); y otro secundario, subordinado al principal, ordenado al bien mutuo de los esposos.
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Fuera del deber conyugal en el legítimo matrimonio, están gravemente prohibidos el uso y la aceptación de los atractivos sensitivo-afectivos que le están vinculados. Sigue leyendo «Esto es el matrimonio»
por Padre Juan Carlos Ceriani
en Radio Cristiandad
Sabemos que cuando San Pablo habla del Anticristo, da como señal el sacrilegio religioso: “se sentará en el Templo de Dios haciéndose dios”, es decir, se apoderará de la religión para sus fines, y cesará el sacrificio, aunque permanecerá un simulacro de sacrificio…
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La gran tribulación, las persecuciones contra los justos, es anterior a las catástrofes cósmicas que aquí se anuncian; las cuales, a su vez, preceden inmediatamente a la Parusía, el gran día del furor de Dios.