Hace tiempo que se nos acabó la paciencia con Vox. Al principio les concedimos una oportunidad, por la utilidad práctica que en aquel entonces podrían tener. Pero pronto, como temíamos, mostraron su verdadera faz. Le tomaron gusto a la poltrona, ya no ocultan que son casta, empezaron a practicar felaciones en público a Sión, y por último han propuesto meter por ley a todos ese veneno mal llamado «vacuna», y a los que disientan, a la cárcel. Enhorabuena malditos hijos de perra de Vox, habéis conseguido que nos caigáis peor que a la mismísima escoria pepera.
Por si lo borrara, aunque dudamos que de esto se llegue a avergonzar esta casta de pijos prepotentes y chulos, aquí la evidencia gráfica de la nauseabunda deposición del hijo de perra Steegmann: