Persignación
† Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.
† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa que podáis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén
Oración inicial
Soberana Señora de Cielos y tierra, desde el profundo valle de esta tierra de pecado alzamos los ojos a Vos, Reina y Madre Nuestra, para estudiar vuestras virtudes e implorar vuestro valimiento. Somos, oh Señora, pobres extraviados que en la obscuridad de este desierto necesitamos quien nos guíe y nos sostenga con mano bondadosa. Dignaos, Señora, enseñarnos con vuestra autoridad y ejemplo el camino de la virtud.
Pídase a Nuestra Madre la gracia particular que se desea alcanzar, y se rezará un Padre nuestro y doce Ave Marías en memoria de las doce estrellas de la gloriosa Corona.
Día cuarto
Compungidos rodeaban los Apóstoles y discípulos el lecho de la Madre de Dios sin acertar a separarse de la vista de aquel Santo Cuerpo. Y cantando alabanzas a Dios depositaron en una tumba de piedra el cuerpo de la Purísima Virgen. Trasladémonos con la imaginación a aquel otro lugar de tinieblas que ha de ser el de nuestra sepultura. Fija tu vista en el fondo de la tumba y lee allí la nada de tus proyectos.
Oración final
Oh María dulcísima Madre de Dios, aceptad desde el Trono de luz que ocupáis en el Cielo las alabanzas y suplicas de este Pueblo fiel que os venera e invoca en el misterio de Vuestra Gloriosa Asunción.
Alcanzadnos todas las gracias que necesitamos y particularmente la de una cristiana y feliz muerte. Amén
† En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.