Oh Cristo Jesús, os reconozco por Rey universal.
Todo cuanto ha sido hecho ha sido creado para Vos.
Ejerced sobre mí todos vuestros derechos.
Renuevo mis promesas del Santo Bautismo renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y prometo vivir como buen cristiano.
Y particularmente me propongo a hacer triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia.
Corazón Divino de Jesús, os ofrezco mis pobres acciones para obtener que todos los corazones reconozcan vuestra Sagrada Realeza y que así se establezca el reinado de vuestra paz en el mundo entero.
Amén.
(Indulgencia plenaria una vez al día con las condiciones acostumbradas)